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Los desplazados de la 905

Los desplazados de la 905

 Por las urbanizaciones del este de Caracas se ven los carteles que ofrecen una recompensa a cualquiera que dé pistas sobre el paradero de alias el Coqui (aunque ahora los mismos malandros decidieron que es más chic escribir Koki), el Vampi y Garbis. Se supone que el régimen pagará 500.000 dólares estadounidenses por esta información. Como si fuera tan fácil atreverse a delatar a estos delincuentes. Ni los propios compinches que saben que lo más probable es que quien “sapee” no tendrá tiempo para gastar ni uno de esos billeticos verdes.

Mientras esto sucede, la ministra de Interior, Justicia y Paz del régimen (vale la pena recordar el nombre completo de su despacho) encabeza un “operativo” policial con las macabras fuerzas especiales en todo el oeste de la capital. Así como no están claras las garantías que ofrecen a los que delaten a los bandoleros, tampoco se sabe cuál es el objetivo del despliegue. No parece muy lógico eso de buscarlos casa por casa y es un método que tiene muy triste recordación entre los vecinos, sobre todo de la Cota 905.

Muchos perdieron familiares en las llamadas Operaciones de Liberación del Pueblo. Se denunció hasta el cansancio que los agentes entraban a diestra y siniestra y se llevaban a quien se les antojara. Peor aún, los ajusticiaban. ¿De verdad piensan que los malandros echan unos cuantos tiros y después se van a dormir a sus casas?

Lo peor de este enfrentamiento de todos contra todos es ver los videos de los vecinos que salen con pocas pertenencias y con sus hijos a refugiarse en casa de amigos o familiares en otras zonas de la ciudad. Las fotos que circulan por las redes evidencian el terror que debe vivir la gente. Las balas entran por ventanas y balcones e impactan electrodomésticos y muebles. No tienen más remedio que permanecer tirados en el piso o escondidos en el baño. ¿Y el trauma que esta gente sufre quién lo va a curar?

Ayer decíamos que no se sabe lo que quiere el Koki. Tampoco está claro el objetivo del ministerio chavista para la paz, pues de paso a la ministra se le ocurrió la brillante idea de decir que estas bandas son armadas por la oposición, como si las municiones y las ametralladoras fueran de libre venta o importación en este país.

Lo que sí está claro es que los que tienen la obligación y la responsabilidad de controlar a los delincuentes y llevarlos ante la justicia son los cuerpos de seguridad. Llama la atención que para perseguir a un opositor usan todos los recursos, pero en cambio le tienen miedo al Koki. Se ve la cara de terror a los policías, que saben que esos grupos están mejor armados que ellos.

Venezuela sigue dando casos para el estudio. Lo que ha logrado este criminal no lo ha hecho ningún otro delincuente. Claro, es que el Koki contó alguna vez con el apoyo de los poderosos. Hablamos en pasado, pero…

Editorial del Nacional

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